Las zonas agrícolas representan el 40% de la superfície de la Unión Europea. Consecuentemente, las prácticas agrícolas que se llevan a cabo en estos espacios influyen fuertemente en la conservación de la biodiversidad. Si las prácticas son respetuosas, la agricultura puede sostener altos niveles de biodiversidad y ser notablemente productiva durante mucho tiempo, contrariamente, si la gestión es demasiado agresiva, la agricultura puede contaminar el medio ambiente y erosionar la tierra. Aunque se han realizado grandes esfuerzos para optimizar la aplicación de fertilizantes y reducir el uso de pesticidas peligrosos, todavía queda mucho camino por recorrer para preservar y mejorar las zonas no productivas de las fincas agrícolas, es decir, hábitats semi-naturales como los márgenes de los campos, los bosques o las balsas de agua.

Los agricultores y técnicos agrícolas comienzan a valorar la importancia y los beneficios que reporta conservar estos espacios para la agricultura y su productividad, además de la gran importancia de conservar estas áreas para la naturaleza, la salud y la sociedad, pero a menudo carecen de los conocimientos prácticos y las herramientas para implementar tales acciones de conservación de forma adecuada.

En este contexto, el proyecto Resifarms tiene como objetivo desarrollar la capacidad de los agricultores y técnicos agrícolas en la conservación de hábitats semi-naturales, a fin de promover la implementación de las acciones de conservación más efectivas.

Duración: septiembre de 2019 – febrero de 2022 (30 meses)

Presupuesto: 133.702 €

Este proyecto ha sido financiado con el apoyo de la Comisión Europea. Esta publicación refleja solo las opiniones del autor, y la Comisión no se hace responsable del uso que pueda hacerse de la información contenida en el mismo.